De las aulas al altar
Foto tomada por Alejandro Flores
Por Alejandro Flores
El amor es uno de los sentimientos más puros que existe, aquel que no se puede medir y que sus síntomas son raros de describir; “mariposas en el estómago”, ponerse nervioso, estados y brotes de felicidad. En su mayoría siempre se escribe historias de pura fantasía, un pobre sueño. Pero, esta vez tenemos una historia digna de contarse, una historia que no es solo un sueño pues es una historia verdadera.
Martin y Samantha nos cuentan su historia de cómo se conocieron, cómo floreció su amor y llegaron al momento de unirse hasta que la muerte los separe. Esta historia comenzó en la preparatoria de la U-ERRE en el 2015, donde dos jóvenes estaban interesados en sus estudios; uno le interesaba el sistema de tetramestre y a otro una beca del 40% por parte de la orquesta. Entrar a un salón, estudiar, platicar y moverse a otro salón una rutina de tres meses que no llevaba a nada hasta apenas el segundo tetra, donde convivieron más por un puente (un amigo en común). No tardaron en surgir los sentimientos de ojos embobados, a perderse en sus palabras, pues Martin empezó a sentir un interés romántico, pero su corazón llevaría una decepción ya que Samantha lo rechazó, pues no estaba interesada en algo más que su dedicación y estudios en la universidad. Aun así, tras cruzar dos años de bellas experiencias y momentos maravillosos Martin seguía enamorado de ella; su corazón no dejaba de latir su nombre, fue un amor no correspondido, pero solo por prioridades escolares, creyendo que, terminando la prepa sería diferente sin embargo obtuvo la misma respuesta.
Y así la historia avanzó, ambos estudiando en la Universidad, manteniendo su conexión, amistad y cariño por el otro; el tiempo siguió avanzando hasta el cuarto tetramestre y ambos pensaban en estudiar en el extranjero, aunque a diferentes ubicaciones, Samanta a España y Martin hacia Alemania; ambos ya estarían separados, lejos unos de otros y no podrían convivir por mucho. Samantha empezó a reflexionar y pensar sobre aquello, su propia madre le hizo un comentario de broma “conocerá chicas europeas allá”. ¿Acaso es miedo al compromiso?¿En serio era prioridad la escuela o no quería entrar a una relación? ¿Aún le seguiré gustando? ¿Debería? Tantas preguntas pasaban por su cabeza y fue cuando con mucho valor le preguntó a Martin si aún tenía sentimientos por ella. El corazón de Martin bombeó de felicidad porque sus sentimientos estaban siendo correspondidos, y como dice la frase “hicieron click”.
Aunque esta historia estaba lejos de su final feliz, les tocó pasar un camino muy pesado y difícil, no solo por el hecho de tener una relación de distancia, además de pasar por la pandemia. Viviendo cada uno una vida diferente al otro, uno se iba a dormir y el otro iba a tener sus clases, uno iba a sus prácticas y el otro se despertaba; casi no se hablaban en el día por la diferencia de uno y otro, pero ellos decidieron mantenerse fuerte y seguir con su relación, haciendo como un resumen de su día en su chat, para que el otro pudiera leerlo cuando pudiera y tener un poco la comunicación del otro.
Es muy difícil tener una relación a distancia, muchos no pueden estar viendo una sonrisa a través de una cámara o leer mensajes en vez de escuchar las palabras, pasar mucho tiempo sin poder recibir un abrazo de esa persona que amas, lo solitario que a veces siente uno que no puede estar conviviendo con esa persona por la distancia que tienen. Sin embargo, lograron superar estos obstáculos y del camino de 2016 a 2024 con 5 años de relación para pronto en noviembre cumplir 6 años y cruzar a la fase de matrimonio. En estos años ambos crecieron juntos, descubrieron más del otro, se apoyaron en su desarrollo personal acompañándose a través de obstáculos y retos.
Ellos nos compartieron sus opiniones y pensamientos, que es importante “Dar tiempo a que florezca la relación”, no pensar en un inmediato , conocer a la persona y no tener miedo a la oportunidad. El conocerse en la universidad, trabajar juntos, tener clases, convivir en fiestas, les permite tener tiempo para entender al otro y dar TIEMPO, para cruzar la puerta para el compromiso de pareja. Teniendo comunicación como pilar de la relación, seguir al día a día junto al otro, hablar sobre un proyecto de vida, conocerse bien para saber que viene en el futuro de cada uno, conocer su camino personal y comentárselo a su pareja para poder conseguir hacer un camino juntos e ir de la mano felices.