Eugenio José Reyes Guzmán, exalumno de la carrera de Ingeniero Mecánico Administrador (1986), director del WTC Monterrey-UANL, platica en entrevista sobre la importancia de emprender en los tiempos actuales.

Para Reyes Guzmán, el panorama económico en el país, desde el punto de vista macroeconómico, son tiempos aciagos y de una gran incertidumbre.

“Sin embargo, a río revuelto ventaja de pescadores. Hoy más que nunca, aquel que se dedique a trabajar inteligente y arduamente podrá capitalizar el beneficio del tamaño del mercado mexicano y las oportunidades de los mercados de exportación”, expresa en entrevista para el Newsletter Exalumnos U-ERRE.

El también maestro en Administración de Empresas por la Nanyang Technological University de Singapur y Doctor en Filosofía con Especialidad en Administración por la Universidad Autónoma de Nuevo León, resalta la importancia de diferenciar a un empresario de un emprendedor.

Ha habido una tergiversación de lo que debiese ser un emprendedor, ya que, si un emprendedor no aspira a ser empresario, será sólo una sombra de lo que potencialmente puede ser.

“Es cierto que todo empresario comenzó emprendiendo e innovando, pero siempre trabajando muchas horas; comprometiendo sudor y lágrimas, arriesgándolo todo, cayéndose y levantándose.  Un empresario rara vez comenzó asistiendo a sesiones de “fuckup nights”, participando en grupos de “startuperos”, haciendo “pitches” para levantar capital o incubándose”, expresa.

El empresario, señala, es ese héroe desconocido que sostiene la economía de todo país pagando impuestos y ofreciendo el 70% de las oportunidades laborales formales.

El empresario es quien no se rinde ante los obstáculos, quien en ocasiones empeña su casa apostándole a su negocio y pierde el sueño por las noches preocupado para el bien ser y bien estar de sus trabajadores. El empresario es el dueño del changarro de la esquina, del negocio de materiales, de la panadería, del taller de forja, quien fabrica salsas o quien repara línea blanca”, expresa.

“Existe un falso entendimiento que el emprendedor no puede ser un empresario tradicional, que su área de enfoque debiese ser solo nuevas aplicaciones para celulares, a convertirse en el nuevo WhatsApp o Facebook.  ¡Eso es totalmente falso y protervo!”, agrega.

Siguiendo las tendencias o mega tendencias, ¿qué giro de negocio es el ideal para emprender? 

“Yo diría que hay dos circunstancias para elegir el giro de negocio a las cuales considero son los frutos de las ramas bajas: hacer lo que ya conoce y estar atento a las oportunidades para capitalizarlas.  Esto es, quien es hijo del dueño de una panadería, que haga lo propio, que innove y la haga crecer de manera creativa hasta que se convierta en un nuevo Bimbo.  Otro camino es aprovechar lo que se presente en el camino.  Si a alguien lo invitan a ser socio de un restaurante y es una opción viable, que se arriesgue, trabaje y lo haga crecer.  Claro que pudiéramos hablar de la industria 4.0, de inteligencia artificial, de nanotecnología, pero esos son siempre garbanzos de a libra y limitados a unos cuantos que ya cuentan con recursos económicos y tecnológicos”.

¿Cuáles consideras que son las tres reglas de oro de un buen emprendedor?

“Querer ser empresario, trabajar ardua e inteligentemente, y no claudicar”.

 ¿Qué libros recomiendas para quien quiera adentrarse en este panorama?

“Tu Vida, Tu Mejor Negocio” de Salvador Alva, “El Vendedor Más Grande del Mundo” de Dale Carnegie, y “Don Isaac Garza” de Edgardo Reyes Salcido.

 ¿Qué habilidades te dio la U-ERRE para lograr el éxito?

La universidad es una de las etapas de diferenciación en la vida de toda persona que tiene el privilegio de estudiar.  En ella, el adolescente se prepara para la vida y se convierte en adulto.  En la universidad se conoce a amigos que lo marcan y perduran a través de los años.  Algunos maestros dejan huella en los alumnos, no solo por compartir sus conocimientos, sino también por su fiel testimonio de valores y virtudesDurante mis pasos por la U-ERRE aproveché las oportunidades e inicié la revista de ingeniería, fui director de la carrera, conocí a mi primer compadre, fue la plataforma para mi primer trabajo y el título lo llevo tatuado en mi ADN profesional y se refleja en mi quehacer diario.