La forma de evaluar del sistema universitario ha sido por mucho tiempo de carácter cuantitativo. Tradicionalmente, se ha sustentado en métodos de observación y medición de conocimientos, que si bien son importantes también es necesario considerar otros aspectos clave para la sociedad actual.
Cambiar este modelo convencional se vuelve urgente para la sociedad moderna. Sobre todo, al enfrentar una era post pandemia en la que el mercado laboral requiere de profesionistas con nuevas habilidades y competencias.
En este artículo comparamos las metodologías de evaluación tradicionales y las que están marcando tendencia. Además, enlistamos las ventajas que brinda al alumno el implementar evaluaciones más innovadoras.
El instrumento de evaluación utilizado por años en el sistema educativo para evaluar a los alumnos ha sido el examen. Aunque es una herramienta válida, privilegia criterios de interpretación y memorización en la toma de decisiones.
Estos son criterios que por sí solos son insuficientes para determinar las competencias reales del estudiante. Además, no garantizan la resolución de problemas en la práctica.
Ahora bien, ¿qué tal si esto pudiera cambiarse por ejercicios en que los estudiantes experimenten su aprendizaje como profesionales resolviendo un problema concreto? Este es precisamente el paradigma que plantea la forma de evaluar no convencional.
El modelo no tradicional se enfoca en probar las capacidades del alumno tomando en cuenta aspectos fundamentales para la sociedad actual.
En primer lugar, este modelo considera al estudiante como un profesionista. Esto permite implementar ejercicios donde se plantean problemas o situaciones que puede experimentar la persona en el campo laboral real.
Las prácticas no convencionales privilegian el conocimiento experiencial por encima de la memorización. Además, reconocen aspectos de diversidad cultural, favorecen la retroalimentación y fomentan el pensamiento crítico y creativo en el alumno.
Por otro lado, esta metodología permite integrar herramientas digitales a los sistemas de evaluación. Tomando en cuenta que hoy las personas tienen un mayor acceso a las nuevas tecnologías; por lo tanto, a una gran cantidad de información.
Esta forma de evaluar revoluciona el aprendizaje de los estudiantes, pues no solo permite sacar sus habilidades a flote. También propone una evaluación más auténtica y autónoma, en la que el estudiante analiza qué aspectos puede cambiar para mejorar sus competencias.
La metodología no tradicional, sin duda, contribuye a que los futuros profesionistas afronten las tendencias de un mundo moderno sin mayores obstáculos.
Asimismo, los forma para superar las expectativas en un mercado laboral altamente competitivo y en constante evolución.
Sí, principalmente por dos razones. La primera, que los estudiantes necesitan una formación integral, pero también empleos y actividades relevantes que llenen sus objetivos personales y profesionales.
La segunda, que los empleadores buscan personas con habilidades y competencias, no únicamente con títulos o conocimientos en un área del saber.
Las prácticas evaluatorias no tradicionales son indicadores más convincentes de lo que realmente sabe un estudiante para desempeñar un trabajo.
Concretamente, las evaluaciones no convencionales brindan las siguientes ventajas:
El desarrollo de proyectos sociales tiene un gran impacto en la formación universitaria, pues fomenta en el alumno valores fundamentales para la sociedad, tales como la empatía y el compañerismo.
Participar en proyectos sociales no solo permite colocarnos en el lugar de otras personas. También nos ayuda a entender las causas que originan una necesidad o problemática, y así poder intervenir y ofrecer soluciones desde el punto de vista profesional.
La forma de evaluar no tradicional no solo busca cimentar conocimientos teóricos, sino también prácticos en los que el estudiante pueda experimentar diversas situaciones que lo formarán como un profesional integral.
Los modelos de evaluación innovadores favorecen la búsqueda de herramientas esenciales para una formación que garantice el crecimiento intelectual, social, personal e incluso emocional.
En el mundo laboral actual, competitivo y cambiante, la formación académica y la experiencia laboral no son suficientes para alcanzar el éxito.
Por esto, es necesario desarrollar habilidades que no solo son valoradas en el entorno profesional y social. Son competencias que pueden marcar la diferencia entre distintos candidatos a un puesto de trabajo en el mercado laboral.
Esas habilidades son: comunicación asertiva, organización, trabajo en equipo, capacidad de adaptación, creatividad, resolución de problemas y el aprendizaje continuo.
Desarrollo de proyectos reales en donde los maestros son coaches
El coaching educativo tiene como fin fomentar un crecimiento y aprendizaje con base en metodologías experienciales, en las cuales se busca llegar a soluciones entre alumnos y coaches a través de autorreflexiones que fomenten los cambios cognitivos y emocionales en la persona.
Su importancia en el ámbito educativo es debido a que este modelo permite trazar metas y cumplirlas mediante el desarrollo de recursos que favorezcan habilidades como el autoconocimiento, la motivación, el liderazgo personal y la toma de decisiones, entre otras.
Los sistemas de evaluación estandarizados han sido la norma para medir el logro de los estudiantes. Sin embargo, estos limitan, en cierta forma, la capacidad para determinar con efectividad el amplio rango de habilidades que puede tener un alumno.
En cambio, los modelos no convencionales se centran en actuaciones más realistas, estimulan las capacidades del alumno y consideran al aprendiz un participante activo en la construcción del conocimiento y no un mero receptor de hechos y reglas.
En U-ERRE brindamos las herramientas para que nuestros estudiantes participen activamente en el proceso de pensamiento, en la organización y reorganización del conocimiento y en su propia evaluación.