¿Te imaginas un mundo sin películas, videojuegos, caricaturas y todo tipo de contenido animado? Las industrias del entretenimiento y la comunicación no podrían llegar a nosotros de la forma en que lo hacen, de no ser por los diferentes tipos de animación digital.
A grandes rasgos, la animación digital es un trabajo que consiste en dar vida a un objeto o un elemento visual, a través de recursos digitales, de forma que genere un mensaje en el espectador o el efecto de que esa imagen tiene vida propia.
La importancia de esta técnica radica en que ha sido imprescindible para la evolución de la industria del cine, publicidad, televisión, entre otros ámbitos. Si deseas averiguar más, ¡sigue leyendo! A continuación te contamos más sobre lo que implica estudiar animación y la variedad de este mundo creativo.
Mucho antes de que apareciera la animación por computadora, la creación de historias e imágenes en movimiento se realizaba de una forma completamente diferente.
Los caricaturistas, por ejemplo, se dedicaban a dibujar a mano cada uno de los fragmentos de la animación, para después proporcionarles movimiento con la ayuda de un material llamado “hojas de acetato”.
A esto se le conoce como animación tradicional, y si bien, quizás no sea el primer tipo de animación en la historia, sí fue de los primeros en popularizarse y convertirse en una industria. Posteriormente, con la evolución de la tecnología aparecieron diversos tipos de técnicas y procesos para realizar esta actividad creativa.
En la actualidad, no es necesario elaborar bocetos a mano, ya que con la ayuda de programas digitales como Adobe Animate, Blender o Maya, es posible desarrollar animaciones con el uso de un computador, lo que dispone de mayores posibilidades y alternativas para crear historias y elementos visuales.
A continuación te compartimos cuáles son los tipos de animación digital más populares en el medio actual.
La animación 2D se refiere a la técnica de crear imágenes en movimiento, a partir de la utilización de un espacio bidimensional, es decir, que sus dimensiones ocupan un largo y un ancho. Luego del boom de la animación tradicional, esta técnica, llevada a lo digital, comenzó a cobrar mucha popularidad para la segunda mitad del siglo XX.
Para poder crear una animación 2D, comúnmente se utilizan técnicas cómo manipulación de imágenes dibujadas digitalmente, lo que se conoce como fotograma, con la ayuda de diversos programas o softwares.
Sin este tipo de animación, creaciones mundialmente populares como el anime, las series y películas animadas no podrían llegar a nuestras pantallas.
La diferencia que hay entre la animación 2D y la animación 3D, es que las dimensiones de la segunda no quedan reducidas al largo y el ancho, si no que también se compone de profundidad y volumen. La aparición de la animación 3D es relativamente reciente, y se ha pulido hasta convertirse en un recurso muy popular y realista.
Detrás de esta técnica, existe todo un elaborado proceso que va desde la creación del personaje, hasta dotarlo de un esqueleto y programarlo con los movimientos que sean necesarios, mediante programas y procesadores especializados.
Gracias a la animación 3D, el estudio cinematográfico Pixar, por ejemplo, ha podido traernos a la pantalla grande un sinfín de películas animadas.
Como su nombre lo dice, motion graphics es el nombre que se le da a los “gráficos en movimiento”, pueden ir acompañados de texto y básicamente son resultado de la evolución del diseño gráfico.
La diferencia que existe entre la animación 2D y los motion graphics es que este segundo tipo no necesariamente es requerido para funciones de storytelling, sino, que pueden emplearse para:
Letras para videos musicales.
Openings de programas de TV.
Diseño de experiencia de usuario.
Animaciones para comerciales.
El stop motion es uno de los tipos de animación digital que se hace a partir de la captura frame a frame de un objeto fijo, para que a la hora de que se plasmen estas imágenes de corrido en la forma de video se genere la sensación de movimiento.
Para el stop motion, se crean los personajes y escenarios de manera real, con la ayuda de diversos materiales como la plastilina y la madera.
En la industria del cine, esta técnica de animación ha sido muy popular tanto en cortometrajes como en películas. Algunos ejemplos recientes y exitosos incluyen el filme infantil Pinocchio (2022) de Guillermo del Toro, así como el largometraje de fantasía oscura Coraline (2009).
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Estudiar animación puede ser una gran herramienta para desarrollar y colaborar con diversos proyectos creativos, así como una oportunidad de crecimiento profesional, debido al impacto que tiene la industria del entretenimiento en el medio actual.
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