Para el buen funcionamiento de una empresa u organización, es indispensable disponer de un capital humano capaz de resolver sus principales problemáticas. Sin embargo, el primer paso para alcanzar estos objetivos es hacer una selección de personal que garantice altos niveles de productividad.
Lo anterior se consigue a través de criterios de reclutamiento que prioricen el equilibrio entre perfiles que aporten experiencia laboral y perfiles que posean el potencial para adquirirla, cuyas características además, se alineen con la filosofía y las metas organizacionales.
A propósito de esto, a continuación abundaremos sobre el rol del capital humano en las estrategias de las empresas.
El capital humano es considerado como el valor económico en que se traducen las habilidades de una persona. De ahí que, si a este valor -representado por cada uno de los colaboradores- se suma el capital financiero, el resultado es el éxito de la organización.
La importancia de este capital recae en el simple hecho de que el elemento humano es lo que hace posible la productividad en el trabajo (laboral) de una organización.
Algunos de los factores que inciden en los niveles de productividad y por ende, en desempeño del capital humano son los siguientes:
Cuanto mayor sea el nivel de capacitación para el empleo de quienes la conforman, más rendimientos obtendrá la empresa. Desde el punto de vista financiero, esta es la razón por la que invertir en cursos de capacitación debería ser una prioridad.
Al incrementar su aprendizaje y dominio de los procesos, los colaboradores adquieren la habilidad para prevenir o corregir incidencias. De ello deriva el que tengan una mejor autoestima en el ámbito laboral y que se sientan más habilitados para proponer soluciones innovadoras.
De acuerdo con el informe sobre el futuro del empleo 2020 de Sinnergiak, se estima que el 40% de las habilidades básicas que necesitan los trabajadores para desempeñar sus funciones habrá cambiado en los próximos cinco años y alrededor del 50% necesitará volver a capacitarse.
En este contexto, a diferencia de que un profesionista busque herramientas de superación por sus propios medios, los cursos de capacitación que ofrecen las empresas se consideran parte del salario emocional, pudiendo llegar a incrementar la motivación en el trabajo y el compromiso de los colaboradores hacia la empresa.
Además de ofrecer una remuneración justa, es necesario que los programas de incentivos de las organizaciones sean acordes con el contexto y el momento en que el equipo humano desarrolla sus actividades.
En este sentido, es innegable que al definir las prestaciones laborales deberán tenerse en cuenta aspectos como la irrupción del teletrabajo, la crisis económica y sanitaria y cómo estos han influido en las necesidades de los trabajadores.
Con relación a ello entre las tendencias más importantes que ya se observan en cuanto a compensaciones, hay dos que resultan destacadas:
1. Gratificaciones individuales. Como tarjetas de regalo y sistemas de obtención de puntos para obtener recompensas. Este tipo de compensación tiene la ventaja adicional de ser fácil de trasladar a los entornos digitales.
2. Incentivos personalizados. Tarjetas escritas a mano, obsequios relacionados con las aficiones de cada trabajador y experiencias de viaje a medida entran en esta categoría de acciones para incrementar la motivación en el trabajo en una época como la que transitamos.
Renovarse a través de la adopción de estrategias disruptivas que ayuden a mejorar la productividad y el clima laboral dentro de las organizaciones, siempre será una buena inversión.
Esto, no solo por el aprendizaje que representa para las compañías y por los resultados positivos que se obtienen de mantener la motivación laboral entre los trabajadores; hacer el cambio a nivel individual para luego llevar ese conocimiento a la empresa es también una de las mejores decisiones personales.
Con esto en mente, en U-ERRE ponemos a tu disposición la Maestría en Desarrollo de Capital Humano, donde aprenderás cómo convertirte en un agente clave para tu organización identificando las principales tendencias y retos en la estrategia de recursos humanos y entendiendo cómo aportar valor en medio de los procesos de cambio que actualmente experimentan las empresas.
Dicho plan de estudios está comprendido dentro de los programas de formación continua de la universidad y se dirige a profesionales con experiencia en los niveles táctico y estratégico de la gestión de recursos humanos, que busquen implementar nuevas tendencias como una oportunidad para transformar las organizaciones.